Consejos para combatir el calor
Es fundamental mantenerse hidratado, evitar el sol en las horas centrales del día y vestir prendas ligeras
Estamos,
probablemente, en algunos de los días más calurosos del año. El
mes de julio hace que los termómetros se disparen y quien más quien
menos busca sus remedios para intentar combatir el calor sofocante. Y
también nos quieren echar una mano desde los centros de salud, donde
los profesionales ofrecen a los ciudadanos consejos preventivos ante
las altas temperaturas. Así, la Sociedad Española de Medicina de
Familia y Comunitaria (semFYC) ha enviado a 2.500 centros de salud de
toda España un documento de recomendaciones para actuar frente a una
posible ola de calor.
Los expertos ofrecen una serie de recomendaciones generales para la población en los momentos en los que el calor es extremo: beber mucho líquido, protegerse del sol, ventilar adecuadamente los espacios, prestar atención a las personas más frágiles como niños y ancianos y, en definitiva, actuar con sentido común sin confiarse en exceso son las claves para prevenir las consecuencias de la ola de calor. Entre las recomendaciones dirigidas a la población, se destaca que la mejor manera de evitar las posibles consecuencias de este fenómeno atmosférico es conocer cuáles son los riesgos y actuar de manera anticipada para prevenirlos. Así, las situaciones de mayor riesgo son:
Los expertos ofrecen una serie de recomendaciones generales para la población en los momentos en los que el calor es extremo: beber mucho líquido, protegerse del sol, ventilar adecuadamente los espacios, prestar atención a las personas más frágiles como niños y ancianos y, en definitiva, actuar con sentido común sin confiarse en exceso son las claves para prevenir las consecuencias de la ola de calor. Entre las recomendaciones dirigidas a la población, se destaca que la mejor manera de evitar las posibles consecuencias de este fenómeno atmosférico es conocer cuáles son los riesgos y actuar de manera anticipada para prevenirlos. Así, las situaciones de mayor riesgo son:
- Alcanzar una temperatura superior a los 36 grados, mantenida durante varios días seguidos.
- Alta humedad en el ambiente, que origina sensación permanente de piel mojada.
- Los días con escaso viento que dificultan la ventilación.
- Habitar en viviendas muy calurosas, situadas en pisos altos y que tienen dificultades para su ventilación o que no disponen de aire acondicionado.
- Realizar ejercicio
físico o trabajos pesados expuestos durante muchas horas a un
exceso de calor.
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